Monitor monetario y cambiario

I. Índices de precios

Inflación

La inflación mide el aumento general de los precios en la economía. Se expresa como un porcentaje anual y refleja cuánto han subido los precios en un periodo determinado.

Una inflación alta reduce el poder adquisitivo y aumenta los costos de producción, lo que puede afectar márgenes de ganancia. Una inflación demasiado baja puede ser señal de una economía estancada.

Componentes de la inflación

La inflación se divide en subyacente y no subyacente. La subyacente refleja la tendencia de largo plazo, ya que excluye los precios más volátiles. Se compone de mercancías (bienes de consumo como alimentos procesados y ropa) y servicios (renta, educación, entre otros). La no subyacente incluye los agropecuarios (frutas, verduras, carne) y energéticos (gasolina, electricidad, gas LP), cuyos precios pueden cambiar por factores externos como el clima o decisiones gubernamentales.

Analizar la inflación por componentes permite distinguir entre presiones temporales y tendencias duraderas. Si la subyacente sube, indica un aumento sostenido en costos, lo que afecta la planificación y precios en el mediano plazo. Si la no subyacente varía, suele responder a choques externos. Para los empresarios, entender esta diferencia ayuda a anticipar costos y ajustar estrategias de precios.

Inflación por el lado de la oferta

El Índice Nacional de Precios al Productor (INPP) mide la evolución de los precios de bienes y servicios antes de llegar al consumidor final. Se divide en tres componentes clave: el INPP general sin petróleo y con servicios, que refleja los cambios de precios en la producción total excluyendo el petróleo; las actividades secundarias sin petróleo, que incluyen sectores industriales como manufactura y construcción; y las actividades terciarias, que abarcan los servicios y el comercio. Analizar estos componentes permite entender las presiones inflacionarias desde el lado de los costos de producción y su impacto en los precios finales.

Expectativas de inflación

Las expectativas de inflación reflejan hacia dónde se espera que se dirijan los precios en el futuro. Se estiman a partir de encuestas a analistas y la diferencia entre tasas de interés nominales y reales en los mercados financieros.

Su importancia radica en que funcionan como un ancla para la inflación. Si las expectativas están bien ancladas en torno a la meta del Banco de México, es más fácil que la inflación converja a ese nivel. Pero si no están ancladas, o si se mantienen en niveles elevados, el banco central enfrentará mayores dificultades para controlar los precios, lo que puede generar incertidumbre en la economía y afectar las decisiones de inversión y consumo.